Magalí Arcazar vive en Cochabamba, Bolivia, y fue diagnosticada con la enfermedad de Chagas luego de donar sangre. Logró terminar el tratamiento, a pesar de haber desarrollado una reacción alérgica durante el curso de la terapia. Magalí cree que si los regímenes de tratamiento fueran más cortos más personas podrían completarlos. Aunque 70 millones de personas estén en riesgo y 6 millones vivan con Chagas en todo el mundo, menos del 10% de los afectados son diagnosticados y la gran mayoría no recibe el tratamiento que necesita.