Desde los años 90, hemos visto avances en el control de la transmisión de la enfermedad de Chagas en América Latina. Pese a estos avances, aún nos enfrentamos a grandes desafíos para llevar el diagnóstico y tratamiento a las poblaciones afectadas por esta enfermedad mortal y muy desatendida: menos del 10% de los 75 millones de personas en riesgo de contraer Chagas se hacen pruebas en las Américas y solo el 1% tiene acceso al tratamiento cada año, dejando a millones sin atención médica.
En este Día Mundial del Chagas, la DNDi quiere destacar los llamados a la acción de la comunidad científica y las asociaciones de pacientes a través de la Carta de Santa Cruz, publicada en 2018, y el Manifiesto de Bogotá, publicado en 2022. Entre las recomendaciones prioritarias destacamos: mejorar el acceso al diagnóstico y al tratamiento; aumentar la inversión en investigación y desarrollo para obtener nuevas herramientas de diagnóstico y tratamientos más simples y seguros; mejorar la vigilancia y el control de la enfermedad, así como ampliar la notificación obligatoria; y reforzar el apoyo a la divulgación y participación de las personas afectadas y sus asociaciones.
Para que estas prioridades se cumplan, es imperativo acercar la atención médica del Chagas al lugar donde las personas viven. Las iniciativas promovidas por la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud con programas de control en los países endémicos han demostrado que debemos concentrarnos en el nivel de atención primaria de salud. Es en este nivel donde es factible brindar atención a ocho de cada diez pacientes con la enfermedad, en sus propias comunidades, con un abordaje oportuno y efectivo de «diagnóstico y tratamiento».
En nuestros veinte años de trabajo dedicado a mejorar la investigación y el acceso al tratamiento para el Chagas, la DNDi ha abogado incansablemente por los derechos de los pacientes a ser tratados donde están, disminuyendo la carga sobre las personas, sus familias, sus comunidades y el sistema de salud en general. Un abordaje centrado en el paciente en el nivel de atención primaria de salud aumenta el acceso y la adherencia al tratamiento y daría esperanza a las personas que viven con una enfermedad que, a pesar de algunos logros, sigue siendo un asesino silencioso en América Latina.
Punto de vista de Sergio Sosa-Estani, director de la DNDi América Latina