[Río de Janeiro, 3 de julio de 2003]
Brasil, India, Kenia, Malasia y Médicos Sin Fronteras colaboran para fomentar la investigación y el desarrollo de medicamentos para enfermedades típicas de los países pobres. Sólo el 10% de los recursos se destinan al 90% de las enfermedades del mundo. Hoy se ha creado en Ginebra una nueva organización de investigación farmacológica sin ánimo de lucro con el objetivo de estimular la tecnología punta para el desarrollo de medicamentos para enfermedades que afectan a las poblaciones más empobrecidas del mundo. Institutos de investigación y salud de países como Brasil, India, Kenia, Francia y Malasia se han unido a la organización internacional Médicos Sin Fronteras para crear la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi). DNDi trabajará en colaboración con el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo)/Banco Mundial/Programa Especial OMS de Investigaciones y Enseñanzas sobre Enfermedades Tropicales (OMS/TDR) para alcanzar sus objetivos.
Sólo el 10% del gasto mundial en investigación sanitaria se destina a enfermedades que representan el 90% de las dolencias registradas en el mundo. «Los pacientes de los países en desarrollo se ven obligados a utilizar fármacos fallidos con importantes efectos secundarios», ha declarado el Dr. Yves Champey, director en funciones de DNDi. «Se merecen algo mejor. DNDi movilizará la innovación científica para crear nuevos medicamentos para los pacientes más desatendidos del mundo».
En la ceremonia de presentación, los seis miembros fundadores se comprometieron a hacer todo lo posible para apoyar las acciones de DNDi. Las seis organizaciones son Fundación Oswaldo Cruz (Brasil), Instituto Pasteur (Francia), Ministerio de Sanidad de Malasia, Instituto de Investigación Médica de Kenia, Consejo Indio de Investigación Médica y Médicos Sin Fronteras. La OMS, a través del Programa Especial de Investigación y Formación en Enfermedades Tropicales, participará en las reuniones del Comité Científico Asesor de DNDi en calidad de observador, para ofrecer asesoramiento técnico y científico cuando sea necesario.
DNDi prevé gastar unos 250 millones de dólares (unos 750 millones de reales) en los próximos 12 años para desarrollar entre 6 y 7 nuevos medicamentos, además de otros innumerables que ya están en investigación, para combatir la enfermedad del sueño, la leishmaniasis y el mal de Chagas, tres enfermedades mortales que amenazan la vida de 350 millones de personas cada año. Para mejorar las posibilidades de éxito a corto y medio plazo, la organización desarrollará medicamentos a partir de componentes ya conocidos, además de financiar y coordinar investigaciones que identifiquen nuevos compuestos químicos con vistas a convertirlos en medicinas.
En los últimos meses, la DNDi ha identificado varios proyectos prometedores de desarrollo de medicamentos. Además, con la ayuda del TDR, DNDi envió cartas a la comunidad científica en febrero de 2003 invitando a las partes interesadas a contribuir.
«La impresionante respuesta -hasta ahora se han presentado 71 ideas de proyectos- demuestra que los conocimientos científicos para estas enfermedades olvidadas existen y están esperando a ser descubiertos», ha declarado Yves Champey. «Lo que falta es la estructura capaz de poner las ideas más prometedoras en el proceso de desarrollo de nuevos medicamentos. DNDi proporcionará esta estructura, capitalizando la capacidad y experiencia existentes en el desarrollo de fármacos en los países afectados».
DNDi será la primera organización sin ánimo de lucro centrada exclusivamente en las principales enfermedades olvidadas del mundo. Alejándose de las estructuras tradicionales de asociación público-privada (APP), DNDi pretende llevar el desarrollo de medicamentos fuera del mercado, animando al sector público a asumir una mayor responsabilidad en materia de salud. Este principio básico se refleja en la composición de los miembros fundadores, ya que 4 de ellos son instituciones públicas.
El éxito de DNDi dependerá no sólo de las donaciones gubernamentales y privadas, sino también de la contribución de las industrias farmacéuticas, por ejemplo, el acceso a fondos bibliográficos, conocimientos especializados y estructuras de I+D.