La innovación está en la participación y coordinación de los liderazgos indígenas y las autoridades locales de salud para implementar las estrategias de tratamiento
La integración de los conocimientos indígenas tradicionales con la experiencia médica es el sello distintivo de un proyecto innovador para combatir la enfermedad de Chagas, desarrollado por DNDi y sus socios en Colombia. El proyecto se está implementando en algunas comunidades, donde viven indígenas del pueblo Wiwa.
El enfoque ya está dando frutos. La adherencia al tratamiento entre mujeres, niños y adultos ha sido alta: menos del 10% de los pacientes diagnosticados interrumpieron el tratamiento antes de completar su curso completo. Según la literatura médica, la tasa promedio de abandono es del 20%.
El pueblo Wiwa vive en la región de la Sierra Nevada de Santa Marta en el norte de Colombia, donde algunas comunidades reportan que una de cada tres personas vive con la enfermedad. Realizado en asociación con la Organización Wiwa ( Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona “OWYBT”), el prestador y asegurador de los servicios de salud (Dusakawi IPSI y Dusakawi EPSI) y el gobierno municipal, el proyecto lleva diagnóstico y tratamiento a la comunidad e incorpora conocimientos tradicionales en estrategias para controlar la enfermedad.
«Todas las acciones sanitarias desarrolladas con pueblos indígenas deben ser interculturales. Esta interacción entre los conocimientos ancestrales indígenas, la medicina tradicional indígena y la medicina occidental – como algunos la llaman, refiriéndose a la medicina de las grandes ciudades – es esencial. Deben ir de la mano para expandir el acceso y tratamiento en estas poblaciones tradicionalmente afectadas por el Chagas», dice el Dr. Rafael Herazo, referente médico Acceso al tratamiento de Chagas de DNDi.
En 2024, se realizaron en el pueblo Wiwa un total de 1,577 pruebas en el laboratorio de Dusakawi IPSI, un hecho sin precedentes. Un total de 82% para mujeres y 12% para niños. Entre los diagnosticados, se detectó la infección por T. cruzi en el 14% de los testados – y alrededor del 90% comenzó el tratamiento poco después del diagnóstico. Entre quienes no comenzaron el tratamiento se encontraban mujeres embarazadas o en lactancia. Ellas fueron postergadas para iniciar tratamiento en otro momento.
Los Wiwa que dieron positivo están entre las 450,000 personas que viven con la enfermedad de Chagas en Colombia, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Otros 12 millones de colombianos y colombianas habitan los 596 municipios considerados a riesgo por el subprograma nacional de Chagas.
Debido a que los síntomas pueden tardar años, a veces décadas, en desarrollarse, la mayoría de las personas desconocen que portan el parásito T. cruzi causante de la enfermedad de Chagas
La enfermedad de Chagas, entre otras formas, es transmitida por insectos triatominos, conocidos localmente como pitos. Los Wiwa no asociaban la picadura del pito con la enfermedad. Para ellos, estos insectos son seres encantados. En la creencia Wiwa, son guardianes sagrados que aparecen en los hogares para cobrar deudas espirituales causadas por la destrucción de la naturaleza.
“No pensábamos que ellos nos podía atacar tan fuerte, podía causarnos tanto problema hasta la muerte”, dice José María Martínez, director de la organización indígena Dusakawi IPSI.
Para eliminar realmente la enfermedad de Chagas, es esencial controlar estos vectores. Pero ¿cómo se hace eso en una comunidad donde los insectos son considerados parte de la comunidad?
La respuesta vino de los propios líderes. Antes de fumigar, Mamo – el líder espiritual Wiwa – realiza una ritual usando semillas de árboles nativos para que los pitos no sufran. Mamo Juan Pastor Simón explica que la ceremonia calma a los insectos para que se queden en el bosque y no reinfesten las casas.
Difundir información sobre la enfermedad también involucra a toda la comunidad. Víctor José Loperena Mindiola, un conocido líder local de 67 años, es un gran aliado en este esfuerzo. Mindiola también es un músico que viaja entre comunidades, llevando información que potencialmente salva vidas. Se asegura de contar a la gente sobre su propio tratamiento: ‘La medicina es fuerte, pero logré completar el tratamiento’, dice con orgullo.
Priorizando las necesidades de mujeres y niños
El trabajo con el pueblo Wiwa también aborda la transmisión congénita, o transmisión de madre a hijo durante el embarazo. ‘En este sentido, interrumpir la enfermedad en futuras generaciones depende necesariamente de diagnosticar y tratar a las mujeres en edad fértil para que no transmitan la infección a sus hijos durante el embarazo’, dice el Dr. Rafael Herazo.
Las mujeres Wiwa han participado en la evaluación del rendimiento de pruebas de diagnóstico rápido para Chagas, una iniciativa liderada por el Instituto Nacional de Salud de Colombia y DNDi. Esta actividad contribuye a lograr uno de los objetivos de la iniciativa ETMI-Plus de la Organización Panamericana de la Salud (OPS): aumentar el porcentaje de diagnóstico y tratamiento de mujeres en la preconcepción, la gestación y a los recién nacidos.
Cuando una mujer embarazada da positivo, su bebé debe ser evaluado tan pronto como nazca. Si su bebé tiene Chagas, el tratamiento debe comenzar inmediatamente. Los tratamientos necesitan ser especialmente adaptados a las necesidades de los niños pequeños.
Junto con socios como los laboratorios ELEA y FMS, DNDi ha desarrollado una formulación oral soluble en agua del medicamento benznidazol para niños que pesan hasta 20 kilogramos, lo que facilita la administración del medicamento. También está disponible la formulación pediatrica del Nifurtimox que puede ser utilizada indistintamente para las niñas y niños que lo necesiten.
Se estima que casi el 100% de los recién nacidos pueden eliminar el parásito si se tratan en el primer año de vida.
La mayoría de niños y niñas con Chagas no muestran signos o síntomas de la enfermedad, pero el Chagas también puede resultar en manifestaciones clínicas severas si los niños no son tratados, incluyendo insuficiencia cardíaca y problemas neurológicos.
Para detener la transmisión congénita, es esencial priorizar la prevención, control y tratamiento de la enfermedad de Chagas asegurando que las mujeres jóvenes en edad fértil, especialmente aquellas de áreas endémicas, sean diagnosticadas y tratadas adecuadamente. Interrumpir la cadena de la infección de madre a hijo puede proteger la salud y seguridad de familias y comunidades por generaciones.
¡Este Día Mundial de la Enfermedad de Chagas, estamos felices de celebrar la salud del pueblo Wiwa!
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