El gobierno brasileño reúne a organizaciones internacionales y especialistas para debatir el Plan de Acción de Salud de Belém
El Ministerio de Salud de Brasil lideró esta semana la primera reunión para debatir los impactos del cambio climático en la salud y trazar un Plan de Acción de Salud y Clima, que será presentado en el marco de la Conferencia sobre el Clima (COP) en Belém, Pará (Brasil), en noviembre. La DNDi fue una de las organizaciones invitadas al encuentro.
“Es urgente hablar de salud en el ámbito de la COP en discusiones que pongan a las personas en el centro del debate. El cambio climático profundiza las desigualdades socioeconómicas, y Brasil puede aportar una experiencia única en el mundo en términos de construcción colectiva en salud. Necesitamos garantizar que las intervenciones, productos y servicios de salud lleguen a quienes están más afectados por esta crisis climática que estamos viviendo”, afirmó el Dr. Sergio Sosa-Estani, director de DNDi para América Latina.“El cambio climático amenaza el control y la eliminación de vectores de enfermedades infecciosas al impactar su geografía, estacionalidad e incidencia”, agregó el Dr. Sosa-Estani.
Las comunidades que ya son más vulnerables a las enfermedades infecciosas serán aún más impactadas por los efectos del cambio climático. Esto, sin duda, acentuará la pobreza y sobrecargará los servicios de salud, dejándolas en una situación aún más vulnerable. Lo más preocupante es el aumento de la transmisión de enfermedades infecciosas sensibles al clima en países endémicos, muchos de ellos en el Sur Global. Los países del Sur Global seguirán soportando una carga desproporcionada del impacto del cambio climático sobre las enfermedades infecciosas.
Durante el evento, se presentó un borrador del plan que servirá de base para el diálogo con organizaciones internacionales, sociedad civil organizada, académicos y especialistas, con el objetivo de incorporar contribuciones hasta la conferencia final de la COP30. El gobierno brasileño destacó la necesidad de que el plan esté centrado en las personas, integrando las voces de los países de ingresos bajos y medianos para que puedan enfrentar eficazmente los desafíos climáticos.
Los casos de dengue, por ejemplo, se disparan en las Américas. Brasil ya ha registrado más de 6,5 millones de casos probables de dengue en 2024, según el Ministerio de Salud. Este es el número más alto de la serie histórica y representa un aumento de casi 300% en comparación con el año pasado. Las muertes confirmadas también batieron récord, con un aumento de casi 400%, alcanzando 5.881 fallecimientos.
Las cuestiones presupuestarias siguen siendo un obstáculo significativo para alcanzar este objetivo, señaló el Dr. Sosa-Estani. “El financiamiento climático actual es inadecuado para el sector salud. Es necesario asegurar que los recursos lleguen de forma más efectiva a las comunidades vulnerables”.
Análisis y propuesta concreta – Para la DNDi, hay tres aspectos que deben contemplarse obligatoriamente en el Plan de Acción de Salud y Clima. El primero es la realización de investigaciones sobre la influencia de la crisis climática en las enfermedades infecciosas. También es necesario implementar un sistema de vigilancia epidemiológica en tiempo real para la identificación de brotes y tendencias, lo que permitirá respuestas eficientes y rápidas. Por último, la DNDi señala la necesidad de desarrollar herramientas de salud para prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades sensibles al clima.
La sugerencia de la DNDi para el inicio concreto del Plan de Acción de Salud de Belém es organizar una lista de enfermedades sensibles al clima. “Esta lista tiene como objetivo orientar las investigaciones, las inversiones y las estrategias de políticas públicas para fortalecer los esfuerzos globales, regionales y nacionales de respuesta a las enfermedades sensibles al clima”, afirmó el Dr. Sosa-Estani. Debe ser un esfuerzo colectivo que también incluya a representantes de organizaciones de la sociedad civil organizada.
Los investigadores de DNDi también proponen la creación de indicadores específicos, como la incidencia de enfermedades, mortalidad y morbilidad, para medir los impactos del cambio climático en las enfermedades infecciosas. Además, es importante desarrollar indicadores para medir la implementación de respuestas de adaptación frente a estas enfermedades.
Esta información es fundamental para el desarrollo de herramientas accesibles, simples y seguras para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades desatendidas, que puedan ser utilizadas en los servicios de atención primaria de salud.
“Esperamos que hasta la COP tengamos un plan con medidas concretas y viables, alineadas con los principales ejes de equidad en salud y gobernanza participativa, abordando de manera efectiva el impacto del cambio climático en la salud pública”.
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